Un libro tiene cierto toque mágico y misterioso que a muchos nos engancha. Es un objeto capaz de transportarnos a lugares que jamás podremos ver, conocer personajes con los que nos identificaremos, que amaremos o que odiaremos; puede contar mil historias, muchas de las cuales no llegaríamos a conocer nunca. Todo ello es capaz de decirlo en silencio, cerrado, esperando en lo alto de la estantería. La literatura nos da el poder de vivir experiencias y hacerlas nuestras, por lo que nos ayuda a prender. Con el cine no ocurre tanto eso, porque pienso yo, nuestro cerebro trabaja menos. No debe de rellenar los huecos de información con nuestras propias vivencias.
¿Y qué tiene que ver todo esto con el capítulo que os traigo hoy? Bueno, un libro en esta historia tiene mucho que contar y Claudia tiene mucho que aprender.
Si no habéis leído el capítulo anterior podéis leerlo aquí. Si queréis empezar desde el principio de la historia pinchad aquí.
Espero que lo disfrutéis. Un abrazo.
— ¿Qué tal con tu cita? — me dijo Ruth nada más llegar a casa. Estaba de pie en la cocina comiendo helado de naranja, mientras Manu limpiaba las sartenes que había estado usando para preparar la cena. Era su famoso pollo teriyaki con verduras a la plancha.
— Espera y ahora te cuento, que voy a dejar las cosas —le dije. Seguir leyendo La abuela Silvina (5): El libro